Le comentaba Billy Wilder
a Cameron Crowe en una entrevista que posteriormente sería una de
muchas al formar parte de un libro ('Conversaciones con Billy
Wilder') que Tom Cruise era uno de los actores más inteligentes de
la industria y que, como Cary Grant, hacía fácil lo dificil. Lo
afirmaba uno de los mejores manejando tras la cámara no a actores
sino a estrellas del firmamento (Marilyn Monroe, James Stewart,
Audrey Hepburn, Humphrey Bogart...). Y quizá reconoció en el
carisma de Cruise una forma última de entender Hollywood, henchido
de glamour, de actores que sin actuar llenaban de un aura, de un
magnetismo casi mágico la pantalla; una forma caduca que la fábrica
de astros empieza a añorar y que no ha podido o no ha sabido
encontrar relevo entre las nuevas generaciones de intérpretes. Así
que Tom Cruise, un tipo de más de cincuenta años, volverá un
verano más a salvar a la humanidad en una película hecha a su
medida, como se las hacen a las estrellas. Para bien y para mal.
El encargado de llevar a
la gran pantalla el cómic manga 'All You Need Is Kill' escrito por
Hiroshi Sakurazaka e ilustrado por Yoshitoshi Abe es el irregular
Doug Liman, que revitalizó la comedia de ligoteo con la fresca
'Swingers' y el cine de espías con el empaque de 'El caso Bourne',
pero en cuyo haber también cuenta con las huecas y aparatosas 'Sr. y
Sra. Smith' y 'Jumper'. Con 'Al filo del mañana' entrega un producto
que a primera vista puede parecer más simple de lo que realmente es:
una enérgica, divertida y estimulante entrega de acción
belico-futurista, un eficaz fusión de la narrativa cinematográfica
con la del videoujego, y una interesante adaptación de un manga
filtrado por los patrones del clásico blockbuster hollywoodiense.
Su primer acto engancha
por su contundencia, por su vértigo imparable, arrastrándonos con un oficial que nunca se ha manchado el uniforme -y menos en
combate- a una batalla casi suicida contra los invasores alienígenas,
y en la que es abatido sin remedio. La dinámica juguetona de 'Al
filo del mañana' empieza al encerrar al héroe en potencia en un
bucle temporal que sella su destino al de la guerra; cada muerte es
solamente un intento fallido, cada decisión abre una dimensión más,
y cada batalla le hace mejor. El juego de 'Atrapado en el tiempo' se
recicla en versión bélica; una fórmula que no solo funciona en
versión comedia existencial (aquella), en versión pastel inglés
('Una cuestión de tiempo') o en ciencia ficción adulta ('Código
Fuente'). Una vez llegados a este punto, en el que cada escena es
como un logro desbloqueado en un videojuego de acción, el film,
engalanado con el nervio de Liman en las escenas más artesanales, decide optar por un tono ligero y lúdico, sin resultar grave en su
discurso ni cargante en su mecánica, apoyada en un montaje
hipervitaminado. Y tampoco subrayará, aunque las presente, las
filias armamentísticas y militares propias de estas producciones.
Convertir a Tom Cruise en
pilar omnipresente -acertadísimo en las escenas a lo 'Traidor en el
infierno' (sí, la de Wilder) con un pelotón que lo considera un
desertor-, cambiar el agresivo título de la obra original (traducido
al castellano: 'todo lo que necesitas es matar') por el aséptico 'Al
filo del mañana', desbrutalizar las escenas de guerra, y entregar un
final amable aunque incoherente con el universo creado son sin duda
decisiones del Viejo Hollywood. Para bien y para mal, porque 'Al filo
del mañana' es un blockbuster que derrocha imaginación, ingenio y
diversión, erigiéndose sobre la media, ofreciendo sano espectáculo,
y brindándole a su estrella su mejor trabajo en años.
José Colmenarejo
Una crítica muy sólida y esclarecedora, José. Sólo te reprocharía un exceso de mitomanía en el primer párrafo, y no porque ensalces a mi muy discutido Wilder, sino especialmente por este apunte: "no a actores sino a estrellas del firmamento (Marilyn Monroe, James Stewart, Audrey Hepburn, Humphrey Bogart...)". Todos ellos grandes actrices y actores, pero, precisamente eso: actrices y actores, no dioses, diosas o estrellas del firmamento.
ResponderEliminarun abrazo,
jordi