Somos los Miller
“UN POQUITÍN Y MEDIO DE
MARIHUANA”, por Pilar Oncina
“Podrías desaparecer y nadie se daría cuenta, tu vida es un
sueño, soltero y sin obligaciones, te admiro tío”, le dice un antiguo compañero
de universidad a David, interpretado por Jason Sudeikis (conocido por sus
imitaciones en “Saturday night live” y por su papel en “Cómo acabar con tu
jefe” de 2011), treintañero, desaliñado y camello de poca monta de profesión.
Pero, ¿es David realmente tan afortunado? Tras sufrir un desgraciado atraco y
con una enorme deuda a sus espaldas, David se ve obligado por su jefe, también
antiguo compañero de universidad al que le ha ido mucho mejor, Brad (estupendo
Ed Helms, de “Resacón en las Vegas” en su papel de excéntrico traficante
millonario), a bajar a Méjico a por “un poquitín y medio de marihuana”.
Cantidad que más tarde descubrirá nuestro protagonista es realmente dos
toneladas de esa droga.
El Director de la película, Rawson Marshall Thruber, cuyo
primer largo fue otra comedia, “Cuestión de pelotas” de 2004, resuelve el
transporte de la droga procurando a Sudeikis una falsa familia, los Miller, que
le acompañarán a cruzar la frontera, ya que a las familias no las suelen mirar.
Constantes referencias, algunas más ingeniosas o mejor
traídas que otras, a películas en los diálogos: al Bane del último Batman; a
Pretty Woman, o a Flashdance, porque
nuestra falsa madre no es una prostituta, sino una stripper, para el mejor
lucimiento de Jennifer Aniston en el papel de Rose, incluyendo una imitación al striptease de Jennifer Beals en Mawby's,
con ducha y todo. El falso hijo, Kenny (Will Poulter) es un bobalicón adolescente
y virginal, que sufre muchas aventuras y desventuras, primer beso o picadura de
tarántula en sus partes nobles (referencia a Spiderman y al consecuente posible
desarrollo de “súper poderes”). La falsa hija, Casey (Emma Roberts) es una
adolescente punki vagabunda que duerme en casas de amigos y que está sin
admitirlo muy falta de cariño, protagonizará uno de los mayores vuelcos de la
película al convertir sin querer a esta falsa familia en una de verdad. La
última protagonista de esta aventura es la autocaravana, vehículo que no puede
faltar en este tipo de viajes de familiares. Chistes de “caca, culo, pedo, pis”
o situaciones con “mamadas, consoladores o tocamos una tetilla” la convierten
en una comedia guarra y burda, a veces excesiva, pero no tanto como para
molestar al público más sensible.
Hay dos aspectos que me han llamado la atención en tu crítica, Pilar, por los que me metería a la sala de cine a ver Somos los Miller.
ResponderEliminarUna es la autorreferencia a otras películas tan metidas en el imaginario colectivo de los espectadores como, por ejemplo, Flashdance o Pretty Woman. Esa reflexión sobre el cine y su influencia en nuestras vidas (y en la vida de los personajes, claro) en las propias películas. Y esta autorreferencia es algo que está dando cierta frescura al género de la comedia romántica contemporánea. Por ejemplo es algo que me ha llamado la atención en tres comedias románticas que he visto hace poco y me ha hecho reflexionar. En Crazy, stupid, love, Don Jon y Con derecho a roce... sus personajes ven comedias románticas y su 'visión' tiene consecuencias en la historia que están viviendo. Así surgen reflexiones de un género determinado en películas de dicho género muy pero que muy interesantes.
Y otro atractivo es la mención que realizas a autocaravana y familia (aunque ésta sea una 'imaginaria' ) y han venido varias películas a mi cabeza pero sobre todo otra de una familia disfuncional que a mí me encantó y me encanta: Pequeña Miss Sunshine... una familia y una furgoneta...
Gracias Pilar por la inauguración del blog.
Besos
Isabel
Me suma a los agradecimientos por tener la valentía de abrir el blog, hecho más heroico si cabe en tu condición de nueva alumna. Has hecho una muy buena crítica: se leer con gusto y da una idea bastante precisa de lo que es la película. El estilo es perfecto. Echo de menos que entres más a fondo en las contradicciones de la propia película, que pretende ser gamberra y acaba siendo un canto a la familia por otros medios. Y lamento (pero eso ya es un lamento personal) que consideres "Algo pasa con Mary" como unidad de medida de lo que no hay que hacer, porque yo creo que esa sí fue una comedia importante y esta, en cambio, no me lo parece.
ResponderEliminarabrazos y mil gracias,
jordi
Muchas gracias Jordi por tu generosa introducción y comentario!!
EliminarTomo nota, no supe muy bien cómo profundizar más, lo intentaré en la próxima; y también esto es personal, no me gustan nada las comedias tipo "algo pasa con Mary", o de humor "grueso", de verdad que lo intento, pero no van conmigo en absoluto (obviamente dejaré de lado estos prejuicios cuando realice una crítica), y por supuesto reconozco al mismo tiempo, que esta comedia no está para nada a la misma altura de la cinta de los Farrelly.
Gracias de nuevo. Me encanta la clase y estoy disfrutándolo mucho!
Pilar
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