domingo, 8 de diciembre de 2013

El consejero de Ridley Scott


… un rastro de destino inevitable y de nihilismo destructivo recorre cierta cinematografía norteamericana (que se inspira, muchas veces también, en tradición literaria). Metros de fotogramas donde la codicia y el mal habitan sin ser destronados y donde cualquier inocencia es pura quimera. Abogados que deciden pasarse al otro lado, dilemas morales que no pueden ser resueltos, posibilidad de estar tan pronto en la cima como caer al abismo, asesinos sin un atisbo de piedad, territorios sin ley… algunos en la frontera entre dos países (dos mundos), mujeres y hombres fatales sin sentimientos o emociones, una violencia tan natural que espanta, rumbos sin posibilidad de huida ni de redención y cadáveres solitarios en los vertederos, en el fondo de los puentes, flotando en el agua o en las cunetas… Y al final una manera de ver el mundo, una filosofía oscura de lo inevitable y con una visión muy negativa del ser humano. Guionistas y directores crean una misma senda que conduce a un mundo donde el pesimismo y la poca fe en el ser humano ofrecen un futuro en picado. Y sin embargo, no se sabe muy bien cómo, hay una mezcla de romanticismo trágico, poesía visual, tragedia griega con ecos shakesperianos y a veces, como herramienta de supervivencia, un humor muy negro. El camino pasa por Abraham Polonsky (La fuerza del destino), continúa en Jules Dassin (Noche en la ciudad), se regodea en Samuel Fuller (Manos peligrosas) y Sam Peckinpah (Quiero la cabeza de Alfredo García), resucita con los hermanos Coen (No es país para viejos), Andrew Dominik (Mátalos suavemente) y William Friedkin (Killer Joe) y continúa ahora con Ridley Scott y El consejero.

En El consejero se une el dominio visual que imprime Ridley Scott en muchas de sus mejores obras cinematográficas (además del pesimismo latente de sus mejores películas) con el universo literario del octogenario Cormac McCarthy quien ejerce como guionista cinematográfico (su segunda vez, la primera fue a finales de los años setenta para la televisión con The gardener’s son). El autor de No es país para viejos o La carretera (ambas adaptadas al cine) desata su mirada reflexiva sobre un mundo codicioso y violento donde los seres humanos son marionetas del destino. Y donde la inocencia es un estado del alma difícil de mantener o salvar. Y no sólo eso sino que además sus protagonistas son responsables hasta sus últimas consecuencias de las malas y buenas decisiones y elecciones realizadas en sus vidas. Y donde es imposible olvidar la presencia continua de la muerte.

Desde la primera secuencia, antes de los títulos de crédito, intuimos que un destino turbio e inquietante espera a esos dos amantes que se dicen frases lascivas bajo unas sábanas blancas… y que esa claridad es lo más cerca que van a estar de tocar algo parecido a la felicidad. Y es que El consejero empieza cuando todo el engranaje está ya puesto en marcha, sin posibilidad de vuelta atrás, y sin que sus personajes puedan apenas hacer nada. Solo esperar. Y en esa espera los personajes dialogan y también filosofan sobre la amistad, el amor, el sexo, la violencia, la muerte, los dilemas sociales o la codicia… mientras paralelamente, somos testigos de un viaje de un camión cargado de drogas entre México (Ciudad Juárez) y EEUU (Chicago) que va cambiando el destino de los personajes. Según ese viaje se va torciendo, los personajes protagonistas que estaban en la cima van cayendo y otros van surgiendo de las sombras hasta que sean de nuevo relevados (quizá de la manera más violenta, como sus antecesores)… el destino es imparable como una rueda que nunca deja de girar.

Además El consejero cuenta con una buena galería de actores protagonistas y secundarios interminable que habitan una historia con aires de neo noir filosófico y película de frontera donde todo transcurre en una atmósfera inquietante y de fátum inevitable. Cinco son los protagonistas rodeados por unos secundarios que actúan como guardianes de la cadena de sucesos y caídas (Rosie Pérez, Ruben Blades, John Leguizamo, Bruno Ganz...). Además de las buenas interpretaciones de Michael Fassbender (el consejero del título que pasa de la cumbre a la caída, de la sotisficación a la lágrima y el vómito), Brad Pitt (que protagoniza una de las escenas más violentas), Penélope Cruz (en el rol más plano de mujer enamorada a la que golpeará y arrastrará a lo más hondo la decisión del hombre amado) y Javier Bardem (un veterano en el universo de McCarthy… con extraños sucesos capilares. Si en No es país para viejos transformó a el príncipe de Beckelar en un temible asesino, en El consejero es un Pumuki moreno que se convierte en un narcotraficante filósofo… y lo bueno es que en ninguno de los dos casos sale mal parado), sorprende gratamente una Cameron Díaz como mujer fatal y depredadora (como sus mascotas, dos leopardos) que se pasea con un diente de oro y unos tatuajes felinos.

El consejero es una película anómala —extraña e irregular— que esconde escenas poderosas y diálogos filosóficos que conducen a una visión nihilista y trágica de la vida, a un estudio pesimista sobre el poder destructivo de la codicia.

 Isabel Sánchez

11 comentarios:

  1. Hola Isabel:
    Como ya me ha pasado leyendo otras críticas tuyas, me han dado ganas de ver El Consejero y eso que, en principio, no me atraía demasiado. Me parecía que de la conjunción de tanto talento y ego junto en una sola película no podía salir nada bueno pero quizás me equivoque.
    Me encanta tu párrafo dedicado a los peinados de Bardem, Cuando vi el trailler de la peli, me pregunté si él mismo exigirá por contrato que le pongan "esos pelos". Va a conseguir salir de nuevo en Los Simpson, una aspiración muy legítima e inteligente.
    Un gusto leerte.
    Besos,
    Almu.

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  2. ... Sí es curioso lo de Bardem, las pelucas y los personajes de McCarthy (no he leido la descripción de esos personajes en la novela de No es país para viejos ni en el guion de El consejero... así que no sé si las transformaciones capilares son creación del autor... Es un misterio que tendré que descubrir y desvelar, je, je, je).

    Y El consejero me sorprendió gratamente. Iba con cierto reparo... y sin embargo me sorprendí disfrutando de la propuesta porque como pongo al final es una película anómala, extraña e irregular. Tiene una cualidad hipnótica y unas imágenes con mucha fuerza así como unos personajes que te atrapan. Los diálogos son tan literarios que provocan un extrañamiento peculiar y terminas hundiéndote en ellos...

    Por cierto, qué bien me sabe llorar Michael Fassbender. Se está convirtiendo en su firma personal mostrar una lágrima que resbala por su mejilla...

    Ya sabes que yo también disfruto mucho leyéndote.

    Un beso
    Isabel

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  3. Hola Isabel!

    A mi también me han dado ganas de ver la película al leer tu crítica.

    Me encanta como describes los mundos oscuros que crea MacCarthy y me ha alegrado mucho que nombres Killer Joe, una película tremenda a la que no se le dió suficiente bombo en España.

    Un abrazo

    Jesús

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  4. ¡Hola Jesús! Ya me dirás tus impresiones. A mí me sorprendió más de lo que me esperaba.

    Sí, Killer Joe me pareció una película super interesante, también anómala, con unos personajes y unas situaciones muy oscuras que explotaban el humor negro... porque sin ese humor todo lo que planteaba era difícil de soportar. Y qué increíble el personaje de policía corrupto y asesino, Joe. Para mí Matthew McConaughey está siendo una de las grandes sorpresas de este año (y sigue imparable... le he visto en el tráiler de la última de Scorsese y va a seguir llamando la atención...).

    Beso
    Isabel

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  5. Hola Isabel,
    Hace años que perdí el interés por el cine de Ridley Scott, aunque han conseguido despertarlo algo la presencia de Cormac McCarthy en el guión y esta estupenda reseña tuya (fantástica la lista de películas que relacionas, donde me alegra mucho ver esa obra genial y algo olvidada que es "Noche en la ciudad").
    Muy divertidas esas observaciones sobre Bardem y su faceta de Lon Chaney capilar, jaja…
    Besos,
    Javier

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  6. ... Yo sigo cayendo en las redes de Scott y, a veces, me sigue dando sorpresas como El Consejero que no me lo esperaba. Y es que su poderío visual (y su pesimismo de fondo) acompaña los trazos filosóficos de McCarthy... y el resultado, a mí por lo menos, me ha llamado bastante la atención. También su condición de película extraña... basta con escuchar hablar a los personajes. Si incluso Blades se marca un monólogo con Machado que te deja en el sitio y no te extraña en absoluto que el pobre Fassbender llore desconsolado... No es una película cómoda...

    Y es que encima, para aumentar más la incomodidad, nos encontramos con el diente de oro del personaje fatal de Cameron (¡qué tía!), los pelos del de Bardem (¿alguien sabe si los personajes de McCarthy tienen esos peculiares peinados...?) y el sombrero de cowboy de un Brad Pitt que se cree que se sabe todas (pero ¡no!)... Guau.

    Besos
    Isabel

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  7. A por cierto... Noches de la ciudad brutal... y Richard Widmark te rompe. También sabes cuàl es su destino nada más verle...

    Besos
    Isabel

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  8. De acuerdo con todo lo que te dicen Almudena, Jesús y Javier en los comentarios: no he visto la película, pero te garantizo que es la primera crítica que he leído que me ha hecho ENTENDER la diferencia de "El consejero" y darme firmes ganas de verla. La genealogía de películas que elaboras es iluminadora y estupenda. Yo leí "No es país para viejos", pero no recuerdo mención del estilo capilar de Chigurh.

    un abrazo,

    jordi

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  9. Ja, ja, ja... habrá que seguir investigando sobre los extraños estilos capilares en los distintos personajes de McCarthy... sobre todo los que tiene que protagonizar Bardem. ¿Su maldad vendrá de ahí? ¿Sus pelos tendrán poderes como le ocurría a Sansón?¿Habrá que dejarles con un triste y poco original corte para que vayan por la buena senda?

    Beso
    Isabel

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  10. Otra magnífica crítica, muchas gracias Isabel, da gusto leerte! Me encantan especialmente las dos primeras líneas y no podría estar más de acuerdo. Confieso que me encantaron los diálogos, de los que se ha dicho de todo, especialmente lo de que "la gente normal no habla así", pero es que no son gente normal!! me gusta perderme en todas esas reflexiones, y la de Blades es cierto que es fabulosa!
    Saludos,
    Pilar

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  11. Sí, Pilar, has dicho algo genial respecto a los diálogos. Efectivamente pienso como tú, la mayoría de los personaje ¡no son gente normal!
    ... Y algunas de sus reflexiones causan escalofríos y te dejan pensando un buen rato. Es verdad, da gusto perderse por sus reflexiones...
    Por cierto ayer vi 12 AÑOS DE ESCLAVITUD y aún me dura el trauma... pero ¡qué impresionante y qué imágenes!

    Besos
    Isabel

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