"The
King of Kong: A fistful of quarters", narraba la historia de
cómo Steve Weibe, un humilde profesor de secundaria, trataba de
echar del trono de mejor jugador del Donkey Kong a Billy Mitchell,
empresario. Manías, envidias, micro-mafias... El eterno favorito
veía cómo conseguir imponerse al eterno ganador se convertía en el
principal fin de su vida. Su familia, compañeros de trabajo y amigos
comprendían la enorme importancía que suponía conseguir ser el
mejor jugador de Donkey Kong . El documental dirigido por Seth Gordon
es posiblemente la mejor película que se ha hecho "basada"
en un videojuego. Curiosamente esta se aleja del mundo creado por
el propio juego para centrarse en las consecuencias del mismo en la
vida real de sus participantes. Existen grandes películas inspiradas
en novelas, musicales, cómics.. Pero todavía no existe ese “gran
título” derivado de un videojuego. Es uno de los mayores
quebraderos de cabeza que ha tenido el cine hasta ahora... y hasta cierto punto es comprensible. Sin ir más lejos, en la adaptación más pura posible de
“Need for Speed” los protagonistas deberían ser los coches, no
aquellos que los conducen, aproximándose ese hipotético resultado más a “Cars” que a
“The Fast and the Furious". Sin embargo, la segunda
película dirigida por Scott Waugh decide seguir la estrategia del documental
de Seth Gordon y prioriza contar una historia creando un universo desde cero olvidándose de rendir cuentas a ningún videojuego. Parece claro que el título de la película es solo
una estrategia publicitaria para acercar a varios fans del videojuego
al cine, que acabarán encontrándose con una historia de venganza,
carreras y amor, eso sí, muy entretenida y disfrutable.
En los últimos años ha habido películas que han sabido aproximarse
mejor al lenguaje del videojuego tanto conceptualmente ("Premium
Rush" o "Drive Angry"), estéticamente ("Speed
Racer") o técnicamente ("Scott Pilgrim VS the World"),
que esta "Need for Speed". Algo que como deciamos antes no
es necesariamente malo y que no es ni mucho menos el principal defecto de este film. Pero primero hablemos de su
gran virtud.: "Need for Speed" consigue el logro de ser
una road movie compuesta por constantes carreras frenéticas. Si las
road movies generalmente se caracterizan por la importancia que tiene
el viaje para los personajes que lo realizan, "Need for Speed"
decide también ofrecerle la misma importancia a cómo es ese viaje.
Si los guionistas George y John Gatins, hubiesen decidido que la
historia consistiera exclusivamente en el desarrollo de ese trayecto probablemente
estaríamos hablando de una película mucho más estimulante. Sin embargo parece que a ambos les
preocupaba demasiado que el espectador pudiera contextualizar la vida
del personaje protagonista, dando la sensación de querer excusarse por lo
que a partir de un excesivamente largo (pero no aburrido) primer acto, acabará aconteciendo. Que Tobey Marshall tenga que
tocar fondo antes de decidirse a participar en la carrera De León, parece
que es una manera que tiene la película de arrepentirse de su naturaleza propia. ¿Realmente el resultado final habría variado
tanto sin el exceso de dramatismo que ofrece la vida de Tobey?
Es en ese desequilibrio entre drama y comedia donde se encuentra el principal fallo de "Need for Speed". En lugar de optar por uno de
los dos caminos, o incluso el camino intermedio, la película
transita por lugares de drama absoluto para pasar a situaciones más
propias de una comedia extrema, dando como resultado situaciones
inverosímiles (el personaje de Anita) o directamente demenciales (la
"dimisión" de Finn o el personaje de Kid Cudi siendo a los
helicopteros lo que Mortadelo era a sus disfraces). Todo esto provoca
que aquello más efectivo de la película acabe siendo la relación entre los personajes interpretados por Imogen Poots y Aaron Paul. Al ser la
única parte de la película que es tratada de forma convencional, y viendose ademas apoyada en la química que consiguen crear
ambos actores, conlleva que en esta road movie repleta de carreras espectaculares y explosiones vistosas, el
clásico (y siempre efectivo) "chico conoce a chica"
monopolice el recuerdo del espectador sobre el film. Elemento que,
curiosamente, no podria estar más lejos de los objetivos que
proponen la gran mayoría de los videojuegos.
Aron Murugarren
Imogen Poots y Aaron Paul, ¿pareja de moda? La verdad sea dicha que tienen química. Yo no los conocía pero hace poco vi MEJOR OTRO DÍA de Pascal Chaumeil (película que parte de una buena premisa pero se convierte en fallida) donde son miembros del grupo de suicidas donde también están los personajes representados por Pierce Brosnan y Toni Colette. Y los dos jóvenes del grupo tienen mucha, mucha química.
ResponderEliminarReconozco que Need for Speed es una propuesta cinematográfica que a mí se me queda lejana... Confieso que nunca he jugado a videojuegos y que del mundo de los coches soy una absoluta ignorante porque además es un mundo que no me provoca curiosidad. Yo solo sé que un coche tiene cuatro ruedas, un motor, volante, cambio de marchas... y me transporta de un lado a otro (no conduzco, no tengo coche..., je, je, je...).
Sin embargo me ha venido a la cabeza Cronenberg (últimamente ando indagando bastante sobre él): el mundo de los coches le apasiona y no anda lejos de los videojuegos (no he visto eXistenZ... pero era sobre diseñadores de videojuegos, ¿no?)... ¿podría haber hecho su propia versión de Need for Speed?
Se me acaba de ir la pinza...
Besos
Isabel
Hola Isabel.
ResponderEliminarSabía que Aaron Paul salía en "Mejor otro día" pero no tenía ni idea de que volvía a compartir pantalla con Imogen Poots. Es más, no conocía de la existencia de esta mujer hasta que vi "Need for Speed" y acabé apuntándome su nombre.
Ojito con lo que apuntas de Cronenberg. Si metemos en una coctelera "eXistenZ" y "Crash" seguro que nos saldría una versión de "Need for Speed" muy rica. Y turbia. Dicho esto para mí los autores que mejor han reflejado el mundo del videojuego en sus películas son mis admirados Mark Neveldine y Brian Taylor. La saga de "Crank", "Gamer" e incluso la segunda parte de "Ghost Rider" creo que conjugan conceptos, técnicas y estéticas propias de los videojuegos.
P.D. A mis 8-9 años entré en una barraca que consistía en conducir motos. Siempre iba dirigido contra el feriante de la barraca. A pesar de que él me ponía en la dirección lógica del circuito, una especie de fuerza superior me volvía a dirigir contra el feriante. No existía el libre albedrío, mi destino era chocarme contra ese feriante. Por eso nunca me sacaré el carné de conducir ni estaré cerca de nada que tenga un volante. O un feriante.
Un abrazo.
Aron.
Un abrazo.
Aron.
Muy buena crítica, Aron, que me ha despertado una curiosidad (que no tenía) por esta película que yo, sin demasiada información en el mano, tomaba por un intento de copiar el modelo de Fast&Furious. Destaco la frase más enigmática de tu texto: "el personaje de Kid Cudi siendo a los helicopteros lo que Mortadelo era a sus disfraces". ¿?
ResponderEliminarabrazos,
jordi