viernes, 21 de marzo de 2014

Emperador (Emperor, 2012) de Peter Webber


Uno de los testigos —que fueron entrevistados durante la investigación norteamericana sobre el papel del emperador Hirohito en la Segunda Guerra Mundial— dice al general Bonner Fellers (Matthew Fox) que no todo es blanco y negro sino que hay tonalidades grises. Y es que, últimamente, ésa es una frase muy empleada en el cine contemporáneo donde ya no están tan claras las fronteras entre buenos y malos…, y sí la zona de grises, lo ambiguo, las distintas posibilidades y posiciones para entender un acontecimiento…

Así Emperador trata de viajar por la zona de grises para reflejar un momento histórico interesante y no muy tratado en el cine norteamericano (este es un aspecto importante para analizar la película, que cuenta este acontecimiento desde una mirada occidental): el general MacArthur (Tommy Lee Jones), después de la derrota de Japón y de la ocupación norteamericana, tenía que decidir (con muy poco margen de tiempo) si se entregaba al emperador japonés para un juicio por crímenes de guerra y se le condenaba a muerte (con las implicaciones y consecuencias políticas y sociales que esto acarrearía en el Japón ocupado) o si se aliaban con su figura (y lo que representaba para el pueblo japonés, una figura distante y divina) a favor de una reconstrucción de un país arrasado y herido. Para realizar una investigación contrarreloj, MacArthur se apoyó en el general Bonner Fellers (uno de esos ‘héroes’ anónimos que puebla la historia y que actuaron en las sombras), un experto en cultura japonesa, que trata de reunir las pruebas suficientes para lograr exculpar al emperador de un juicio.

El resultado es una película demasiado correcta, fría y carente de emoción con algún que otro destello de interés. Una película sin alma que fluctúa entre el thriller, la investigación, la reconstrucción histórica y el drama romántico que tiene como escenario un Japón destruido por las bombas atómicas. Una película que al intentar transitar por la zona de grises se ha quedado de ese color. Y es una pena porque contiene elementos y momentos que la podrían haber hecho trascender y convertirla en una película apasionante.

La investigación y búsqueda del general Bonner Fellers se mezcla con otra investigación personal: el encontrar a una maestra japonesa con la que vivió una historia de amor imposible. El romanticismo de Emperador queda tan frío como la investigación histórica… Las posibilidades de esa segunda trama —regresando al argumento universal de Madame Butterfly: amores interraciales desgraciados de la unión de occidente con oriente— se diluyen en escenas preciosistas, olvidando la vena melodramática que no permite la corrección y la frialdad y sí el exceso y la transgresión. La corrección formal de Peter Webber a la hora de trasladar esta historia romántica impide que vuele hasta el delirio y la catarsis. Este delirio y esta catarsis sí que se conseguían en dos obras cinematográficas muy distintas pero que sin embargo se servían de este argumento universal para crear obras personales y muy interesantes. Una es un melodrama de los años cincuenta de Joshua Logan, Sayonara, donde planteaba dos historias de amor interracial entre soldados norteamericanos y mujeres japonesas y la otra es la bellísima pero a la vez incómoda M. Butterfly  de Cronenberg que cuenta la historia entre un diplomático francés y una diva de la ópera china. No obstante Emperador logra escenas formalmente impecables, y a punto de causar un efecto catártico, como la entrega al general Fellers de una caja de madera con las cartas que nunca le llegaron de la amada…

Respecto a la investigación histórica el momento más interesante (con varios matices y un atisbo de emoción e interés) es cuando se recrea, al final, el encuentro entre el emperador Hirohito y el general MacArthur. De este momento existe una fotografía que sustenta y testimonia este acontecimiento y que se ‘representa’ en la película. Hasta ahora la presencia del emperador ha sido tan sólo a través de lo que cuentan los otros personajes. Es una figura distante, esquiva, casi divina… De pronto esa figura esquiva se hace real y se vuelve humana, muestra sus zonas grises... Otra de las lacras de Emperador es el desaprovechar personajes y relaciones que están ‘dibujadas’ pero no desarrolladas como la relación que se establece entre el chofer y traductor japonés que se pone a trabajar al servicio del general Bonner Fellers.


Emperador no se arriesga y se queda en el terreno de lo correcto. A veces lo imperfecto ofrece obras cinematográficas más arriesgadas e interesantes con una mirada más personal.

Isabel Sánchez

3 comentarios:

  1. Hola Isabel,
    Tu estupenda crítica confirma las impresiones que me causa esta película que no he visto: correcta, sin riesgos, convencional. ¡Ay del frío academicismo...!
    Y en efecto da la impresión de desaprovechar un material muy interesante y poco ahoyado, el de los primeros compases de la ocupación norteamericana en Japón.
    En cuanto al general MacArthur, recuerdo haber visto hace bastantes años un biopic con Gregory Peck, también del tipo corrección absoluta, así que parece que ha tenido menos suerte con el cine que el otro gran general USA de la 2ª Guerra Mundial, Patton.
    Besos,
    Javier

    ResponderEliminar
  2. Sí, Javier, una pena porque el punto de partida era muy interesante así como mezclar la investigación histórica con la trama romántica. Pero se queda en un película gris.

    Me llamaba la atención porque estaba dirigida por Peter Webber que había realizado LA JOVEN DE LA PERLA, que es una película que en su momento me gustó muchísimo (tendría que volver a verla pero creo que volvería a gustarme) y me apetecía ver otra película suya (ya que otra película que dirigió, Hannibal: el origen del mal la dejé pasar).

    La película aun siendo gris y en exceso correcta no me quita las ganas de ver un próximo trabajo de Webber. Creo que sabe mirar pero, como nos dice Jordi sobre la historia de algunos realizadores, aún no ha encontrado su voz o su estilo, o el matiz que le permita contar de manera especial. La historia que quería contar tenía muchas posibilidades y era muy interesante. Pero sí, se queda en película bastante anodina...

    Beso
    Isabel

    ResponderEliminar
  3. No he visto esta película, Isabel pero ¿me creerás si te digo que tu texto es el que mejor me ha hecho comprender lo que es esta película, el que mejor me ha transmitido sus intenciones y sus malas decisiones narrativas y formales? Destaco una frase que me he hecho aplaudir(te): "Una película que al intentar transitar por la zona de grises se ha quedado de ese color. "

    un abrazo,

    jordi

    ResponderEliminar