Uno de los testigos —que fueron
entrevistados durante la investigación norteamericana sobre el papel del
emperador Hirohito en la Segunda Guerra Mundial— dice al general Bonner Fellers
(Matthew
Fox) que no todo es blanco y negro sino que hay tonalidades grises. Y es que,
últimamente, ésa es una frase muy empleada en el cine contemporáneo donde ya no
están tan claras las fronteras entre buenos y malos…, y sí la zona de grises,
lo ambiguo, las distintas posibilidades y posiciones para entender un
acontecimiento…
Así Emperador trata de viajar por la zona de grises para reflejar un
momento histórico interesante y no muy tratado en el cine norteamericano (este
es un aspecto importante para analizar la película, que cuenta este
acontecimiento desde una mirada occidental): el general MacArthur (Tommy Lee
Jones), después de la derrota de Japón y de la ocupación norteamericana, tenía
que decidir (con muy poco margen de tiempo) si se entregaba al emperador
japonés para un juicio por crímenes de guerra y se le condenaba a muerte (con
las implicaciones y consecuencias políticas y sociales que esto acarrearía en
el Japón ocupado) o si se aliaban con su figura (y lo que representaba para el
pueblo japonés, una figura distante y divina) a favor de una reconstrucción de
un país arrasado y herido. Para realizar una investigación contrarreloj, MacArthur
se apoyó en el general Bonner Fellers (uno de esos ‘héroes’ anónimos que puebla
la historia y que actuaron en las sombras), un experto en cultura japonesa, que
trata de reunir las pruebas suficientes para lograr exculpar al emperador de un
juicio.
El resultado es una película
demasiado correcta, fría y carente de emoción con algún que otro destello de
interés. Una película sin alma que fluctúa entre el thriller, la investigación, la reconstrucción histórica y el drama
romántico que tiene como escenario un Japón destruido por las bombas atómicas.
Una película que al intentar transitar por la zona de grises se ha quedado de
ese color. Y es una pena porque contiene elementos y momentos que la podrían
haber hecho trascender y convertirla en una película apasionante.
La investigación y búsqueda del
general Bonner Fellers se mezcla con otra investigación personal: el encontrar a una maestra japonesa con la que vivió una historia de amor imposible. El
romanticismo de Emperador queda tan
frío como la investigación histórica… Las posibilidades de esa segunda trama —regresando
al argumento universal de Madame Butterfly: amores interraciales desgraciados
de la unión de occidente con oriente— se diluyen en escenas preciosistas,
olvidando la vena melodramática que no permite la corrección y la frialdad y sí
el exceso y la transgresión. La corrección formal de Peter Webber a la hora de
trasladar esta historia romántica impide que vuele hasta el delirio y la
catarsis. Este delirio y esta catarsis sí que se conseguían en dos obras
cinematográficas muy distintas pero que sin embargo se servían de este
argumento universal para crear obras personales y muy interesantes. Una es un
melodrama de los años cincuenta de Joshua Logan, Sayonara, donde planteaba dos historias de amor interracial entre
soldados norteamericanos y mujeres japonesas y la otra es la bellísima pero a
la vez incómoda M. Butterfly de Cronenberg que cuenta la historia entre un
diplomático francés y una diva de la ópera china. No obstante Emperador logra escenas formalmente
impecables, y a punto de causar un efecto catártico, como la entrega al general
Fellers de una caja de madera con las cartas que nunca le llegaron de la amada…
Respecto a la investigación
histórica el momento más interesante (con varios matices y un atisbo de emoción
e interés) es cuando se recrea, al final, el encuentro entre el emperador
Hirohito y el general MacArthur. De este momento existe una fotografía que
sustenta y testimonia este acontecimiento y que se ‘representa’ en la película.
Hasta ahora la presencia del emperador ha sido tan sólo a través de lo que
cuentan los otros personajes. Es una figura distante, esquiva, casi divina… De
pronto esa figura esquiva se hace real y se vuelve humana, muestra sus zonas
grises... Otra de las lacras de Emperador
es el desaprovechar personajes y relaciones que están ‘dibujadas’ pero no
desarrolladas como la relación que se establece entre el chofer y traductor
japonés que se pone a trabajar al servicio del general Bonner Fellers.
Emperador no se arriesga y se queda en el terreno de lo correcto. A
veces lo imperfecto ofrece obras cinematográficas más arriesgadas e
interesantes con una mirada más personal.
Isabel Sánchez
Hola Isabel,
ResponderEliminarTu estupenda crítica confirma las impresiones que me causa esta película que no he visto: correcta, sin riesgos, convencional. ¡Ay del frío academicismo...!
Y en efecto da la impresión de desaprovechar un material muy interesante y poco ahoyado, el de los primeros compases de la ocupación norteamericana en Japón.
En cuanto al general MacArthur, recuerdo haber visto hace bastantes años un biopic con Gregory Peck, también del tipo corrección absoluta, así que parece que ha tenido menos suerte con el cine que el otro gran general USA de la 2ª Guerra Mundial, Patton.
Besos,
Javier
Sí, Javier, una pena porque el punto de partida era muy interesante así como mezclar la investigación histórica con la trama romántica. Pero se queda en un película gris.
ResponderEliminarMe llamaba la atención porque estaba dirigida por Peter Webber que había realizado LA JOVEN DE LA PERLA, que es una película que en su momento me gustó muchísimo (tendría que volver a verla pero creo que volvería a gustarme) y me apetecía ver otra película suya (ya que otra película que dirigió, Hannibal: el origen del mal la dejé pasar).
La película aun siendo gris y en exceso correcta no me quita las ganas de ver un próximo trabajo de Webber. Creo que sabe mirar pero, como nos dice Jordi sobre la historia de algunos realizadores, aún no ha encontrado su voz o su estilo, o el matiz que le permita contar de manera especial. La historia que quería contar tenía muchas posibilidades y era muy interesante. Pero sí, se queda en película bastante anodina...
Beso
Isabel
No he visto esta película, Isabel pero ¿me creerás si te digo que tu texto es el que mejor me ha hecho comprender lo que es esta película, el que mejor me ha transmitido sus intenciones y sus malas decisiones narrativas y formales? Destaco una frase que me he hecho aplaudir(te): "Una película que al intentar transitar por la zona de grises se ha quedado de ese color. "
ResponderEliminarun abrazo,
jordi