CUANDO
TODO ESTÁ PERDIDO
Robert
Redford tiene 77 años y una larga y exitosa trayectoria profesional como actor,
director y fundador del más conocido festival de cine independiente. Podría
gozar en su rancho de Utah de un merecido descanso pero, lejos de apoltronarse
en la merecedora de su porche (siempre imagino los ranchos como los de las
películas del oeste), ha aceptado un papel cuya interpretación recae en la
acción, el esfuerzo físico, la gestualidad y poco más de tres frases. Este
hombre, del que ni siquiera conocemos su nombre, sufre un accidente cuando
navega en solitario en su velero y acaba en el interior de una balsa de goma en
mitad del océano. Empeñado en sobrevivir, no desfallece en ningún momento ni
permite que la desesperación o el derrotismo le hagan mella. Y todo lo que sabemos
de él es que no le faltan valor ni recursos y que ha escrito una carta de
despedida que tiene también mucho de disculpa. El director J.C. Chandor opta
por no dar más información y se arriesga a que el espectador identifique al célebre
actor con su personaje y solo vea en su segunda película (la primera fue la
apreciable Margin Call) la odisea de Robert
Redford metido a náufrago. La metáfora sobre la crisis que ha apuntado en
alguna entrevista y la posibilidad de que su protagonista sea uno de esos
ejecutivos que propiciaron el estallido de la burbuja y sobre los que trataba
la ya mencionada Margin Call o bien, una
de sus víctimas, queda demasiado desdibujada. Las lecturas son muchas (incluso
hay quien ha visto en esta aventura un claro reflejo de las dificultades por las
que están pasando los trabajadores autónomos en nuestro país y el estoicismo con que se enfrentan a ellas) Dada la entereza
del personaje y esa misiva que tira al mar en un frasco de cristal, me dio por
pensar que quizás estaba ante las desventuras de un suicida cuyo plan
se va al traste por culpa de un contenedor a la deriva y que, lejos de
resignarse, se empecina en vivir para poder morir cómo y cuando le de la gana.
En un bello plano final, similar al que Jane Champion rodó para El piano, nuestro hombre (así aparece
mencionado en los créditos) debe tomar una decisión con la superficie del mar
como cielo y, ahora sí, cuando todo está perdido.
Bien rodada y bien interpretada, no aburre
pero tampoco deja poso. Al igual que su protagonista, la película es sobria, contenida,
un poco fría pero también interesante y con cierto halo de misterio.
Almudena Ramos.
... no la he visto pero leyendo sobre ella (y con tu mirada siempre interesante), me surge una reflexión sobre un tipo de héroe que Robert REDFORD ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria como actor.
ResponderEliminarRedford ha ido construyendo una especie de mitología de héroe solitario y silencioso que se enfrenta a las adversidades. Así me viene a la cabeza que el silencio ya formaba parte de su personaje en Dos hombres y un destino (para gracioso y hablador ya estaba Paul Newman, su compañero de andanzas). El silencio junto a la soledad (y su unión con la naturaleza) formaba parte de Las aventuras de Jeremiah Johnson. Su comunión con la naturaleza, su desencanto con la modernidad, su talante silencioso crearía uno de sus héroes más curiosos, EL JINETE ELÉCTRICO. El cazador de Memorias de África sigue ese rastro... hombres que quieren ir quitándose ataduras... Que prefieren la soledad pues les desencanta la civilización. Así ocurre con el periodista de Íntimo y personal o el cuidador de caballos de El hombre que susurraba a los caballos... Así que no es de extrañar que haya querido involucrarse y protagonizar esta película de un hombre solo frente al mar... y en silencio.
Besos
Isabel
¡¡Vaya Duet más bueno forman la crítica de Almudena y el comentario de Isabel!! Me encanta la relaci'on entre los dos textos. Coincido plenamente contigo, Almudena. Est'a todo explicado de manera muy clara y precisa. Mi sensaci'on fue la misma, aunque creo que yo acabe un poco m'as enfadado que t'u> No tanto con la pel'icula como con la actitud de cierto papanatismo cr'itico ante esta pel'icula, que a muchos colegas les parec'ia m'as honesta, pura y rigurosa que Gravity. Yo prefiero la falta de rigor de Cuar'on si la contrapartida es que lo que voy a ver en pantalla va a ser algo que no hab'ia visto nunca antes.
ResponderEliminarun abrazo
jordi