viernes, 15 de noviembre de 2013

La nueva Space Opera


“El juego de Ender” (“Ender´s Game”, Gavin Hood, 2013)

La novela de ciencia-ficción del escritor mormón Orson Scott Card, del mismo título, en que se inspira “El juego de Ender”, se publicó en 1985, en plena escalada de la “Guerra de las Galaxias” de Ronald Reagan. Siendo la obra literaria un reflejo de ese contexto histórico preciso, el de las últimas bocanadas de la Guerra Fría, la adaptación cinematográfica que ahora nos llega presenta las muescas de los más de 25 años transcurridos, y es difícil sustraerse a leerla a la luz de los acontecimientos que han marcado en ese tiempo la historia norteamericana (atentados del 11-S, guerras de Afganistán e Irak), y de la obsesiva y vieja tendencia de sus gobernantes a buscar un “enemigo exterior”. No en vano, el concepto sobre el que gravita la película es la definición del “Enemigo”, cómo se conforma en el ideario colectivo y es objeto de manipulación por parte del poder.

Dirigido y escrito por el sudafricano Gavin Hood, el film, tras un rápido prólogo marcado por la espectacularidad de batallas galácticas que hace sospechar otro rumbo, toma una deriva hacia los aspectos psicológicos y la alegoría política (con algún rasgo próximo al “Starship Troopers” de Paul Verhoeven), que lo encuadran en el campo de la distopía de raíz orwelliana. Nos sitúa en una sociedad militarizada, donde incluso las relaciones familiares están impregnadas de frialdad, una humanidad en estado de guerra a la espera de un hipotético ataque alienígena, que recluta a sus mejores cabezas adolescentes (con hincapié en su habilidad con los videojuegos), para formarlos en la dirección del combate y la aniquilación de los extraterrestres. Uno de ellos, Ender (estupendo el quinceañero Asa Butterfield) es cuidadosamente seleccionado como una apuesta personal por un veterano coronel instructor (Harrison Ford). A partir de entonces se sucederán las diversas etapas del adiestramiento y adoctrinamiento de Ender en una especie de West Point espacial.

Dos tensiones fundamentales irán aflorando en la trama: por un lado, la del chico con su propio despertar a la conciencia moral en lucha con sus pulsiones agresivas; por otro, la creciente entre el chico y su mentor, paulatinamente consciente aquel de la utilización a la que es sometido por sus superiores hasta la atroz revelación que supondrá la sorpresa final.

La árida, desabrida, textura de las imágenes del operador Donald McAlpine, intensifica la visión de un futuro sombrío, marcado por el malestar, donde incluso un apacible reencuentro entre hermanos en una balsa sobre un lago entre bellas montañas queda puntuado por una fuerte sensación de desasosiego. Y la puesta en escena de Hood es predominantemente funcional, no en exceso imaginativa, aunque la resolución de alguna secuencia (por ejemplo, la de la pelea en las duchas entre Ender y uno de sus instructores) es de una síntesis brillantísima.

En el plano de los personajes, fascinante por su componente de obsesión y misterio es el coronel-mentor de un Harrison Ford que, con ejemplar economía expresiva, nos muestra su lado más ambiguo.

Esta (anti)epopeya espacial concluye como el punto de partida para el tortuoso camino a la redención de un chico de 15 años.
 
Javier Valverde

9 comentarios:

  1. Hola Javier.

    Desde que supe que iba a haber una adaptación cinematográfica de "El juego de Ender" me asaltó una duda que espero me puedas resolver.

    Independientemente de toda la parte del libro dedicada a los entrenamientos y a las batallas (que parecían pedir a gritos que la hipotética adaptación cinematográfica fuera un blockbuster) lo que más me llamó la atención es la subtrama de los hermanos de Ender. Cómo van escalando en el poder a través del anonimato en los medios, con toda la particular diatriba de la hermana de Ender que se pensaba mucho mejor persona que el psicópata de su hermano pero que acaba descubriendo que a fin de cuentas no son tan diferentes.

    ¿Tiene espacio en la película toda esta parte de la historia?

    Un saludo.

    Aron Murugarren.

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  2. Hola Aron,
    En la película los hermanos de Ender quedan bastante minimizados. La hermana tiene algo más de papel, pero se reduce al de mera confidente del chico.
    Afortunadamente, la combinación entre espectacularidad y psicología/reflexión política mantiene un buen equilibrio, y estamos ante un "blockbuster" más que digno (y me gustaría vaciar a la palabra "blockbuster" de cualquier connotación peyorativa en sí misma).
    Saludos,
    Javier

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  3. Estimado Javier:
    fíjate que no me seduce absolutamente nada casi ningún aspecto de "El juego de Ender" ( lo mismo me pasa con franquicias del estilo de "Los juegos del hambre" o "Cazadores de sombras"...tal vez me pierda cosas interesantísimas, peeeero...en finnsss!) sin embargo tengo que felicitarte por la crítica tan extraordinaria, rica y completísima que nos has regalado en el blog.
    No es ninguna novedad decirte que da gusto leerte y que tienes una cabecita privilegiada...Ole tú!

    Un abrazo enorme desde Málaga.
    Alex.

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  4. Impecable crítica, Javier. Yo no he leído ni la novela, ni he visto la película y, por tanto, quizá hubiese deseado que tu texto me aclarase cosas que no sé: por ejemplo, que me explicase las razones que elevaron a la novela de Scott Card a la categoría dé fenómeno de culto y clásico contemporáneo del género; o entrase en la aparente contradicción ideológica de escribir una novela anti-militarista (imagino que lo es) desde una mirada radicalmente conservadora (entiendo que Scott Card es casi de ultraderecha, si es que ese concepto es homologable a la realidad política americana).

    un abrazo,

    jordi

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  6. Hola Javier

    Enhorabuena por la crítica.

    He visto la película y comparto que el ambiente de desasosiego esta perfectamente conseguido así como que Harrison Ford y Asa Butterfield actúan muy bien.

    El tema principal de la película sin embargo, me genera muchas dudas. Aunque parece claro, como dices, que la cinta intenta reflexionar sobre como el poder manipula a los enemigos externos, los alienígenas atacan primero y por sorpresa. En el ataque casi aniquilan a la totalidad de la raza humana. No estamos hablando de un enemigo inventado sino un enemigo real del que el poder se aprovecha. Un enemigo con la capacidad real de exterminar el mundo entero. No creo que encaje bien con un enemigo como Irak.

    Lo que sí me pareció muy interesante y sí tiene que ver con la actualidad es el uso de drones para la guerra. ¿Cómo cambia la guerra cuando no entra en juego el valor de la vida humana de tu ejercito?. Esto es muy interesante desde el punto de vista de la estrategia y de la facilidad que podría suponer para un país comenzar una guerra si sabe de antemano no van a morir sus soldados.

    Jesús Mejía

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  7. Muy buenas, gracias por vuestros comentarios.

    Compañero Álex, ¿cómo va todo por Málaga?, veo que ya estás calentando motores para tu próximo aterrizaje en el blog, donde espero nos obsequies pronto con esas inconfundibles críticas que hermanan erudición y humor.
    Fui a ver con no excesivo interés y pocas referencias “El juego de Ender”, y me encontré con una película más que interesante, más compleja de lo que esperaba, que acabe derivando en franquicia rutinaria ya sería otra cosa. En cuanto a “Los juegos del hambre”, comparto contigo el nulo interés (y tal vez me equivoque…).

    Jordi, tampoco he leído la novela de Scott Card ni sus continuaciones, pero las referencias que he leído del autor no son muy favorables en el plano ideológico (mormón ultraconservador con declaraciones polémicas sobre ecologismo, la teoría de la evolución y homosexualidad), y respecto al ciclo de novelas algunos especialistas parecen considerarlas belicistas e incluso he leído el adjetivo fascistoides, si bien también hablan de un contradictorio pacifismo en el final de “El juego de Ender”, la primera de la serie. Lo que parece claro es que esta se contagió del ideario armamentístico de Reagan frente a las URSS en aquella época. Ignoro las razones que la convirtieron en novela de culto entre los aficionados al género, pero entiendo que el clima político pudo tener algo que ver.
    Es posible por tanto que con la película nos encontremos ante una de esas adaptaciones que traicionan por completo el espíritu ideológico de las novelas que las inspiran, como hizo Paul Verhoeven con la paramilitar “Starship Troopers” de Robert Heinlein o Robert Aldrich con Micky Spillane en “El beso mortal”.
    De haber leído la novela, hubiera hecho sin duda una crítica muy distinta y más completa.

    Jesús, no estoy de acuerdo contigo en algunos puntos:
    Por una parte, creo que casi cualquier obra artística se ve influida, directa o indirectamente, por el contexto social e histórico en el que aparece. La referencia contemporánea me parece evidente en lo tocante a la doctrina Bush del ataque preventivo (talibanes después del 11-S = alienígenas), que es la base de toda la historia del film. Sobre lo que dices de Irak, no se trata de de comparar el nivel de peligrosidad (ínfimo) de Irak en la Historia con el de los extraterrestres en la película, sino de comparar el rol de estos como “Enemigo exterior” con el que desempeñó Irak para el subconsciente americano (y ahí tanto da que sea Irak, la URSS en la Guerra Fría, o España en la guerra de Cuba). Hay aspectos presentes en el discurso del film que animan a pensar que en su adaptación Gavin Hood está reflexionando críticamente sobre esos hechos recientes.
    Y en cuanto a que los alienígenas hubieran atacado “en realidad” primero, yo no lo veo tan claro. Los últimos compases de la película, cuando Ender entra en contacto con ellos, son una clara apuesta por la comprensión del Otro y por tanto invitan a la revisión del propio concepto de enemigo (la cita que encabeza la película lo deja muy claro). De hecho, vista la evolución de la conciencia del chico con respecto a los acontecimientos que le toca vivir, cambiaría nuestro punto de vista y ya no podemos leer igual el prólogo que nos cuenta el supuesto ataque inicial de los extraterrestres (¿quizás en realidad vinieron en son de paz como los de “Ultimátum a la tierra” y la propaganda y el miedo a lo desconocido hicieron el resto?).
    Muy interesante tu apunte sobre el uso de drones.

    Abrazos,
    Javier

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  8. Hola Javier

    Gracias por tu respuesta!

    Estoy de acuerdo y lo digo en mi comentario, en que la película habla de como el poder utiliza a un enemigo externo. También en que para eso vale prácticamente cualquier enemigo. No pretendía negar eso con mi comentario sobre Irak. Quería apuntar que Irak es un ejemplo que en general no casa bien con la situación de la película porque en ese caso los políticos saben que el peligro es pequeño y lo engrandecen para ejercer control sobre la población y despistarla de otros temas. Aquí utilizan al enemigo para ejercer control pero, según su información, el peligro qu este supone es muy real. Es incluso letal.

    Creo que, como dices, el final la película nos pretende hacer dudar sobre la naturaleza de los Aliens. Lo que criticaba también es que no es muy efectivo ya que en cualquier guerra si un enemigo te ataca por sorpresa para robarte tus materias primas y casi extingue a tu pueblo, estas en guerra con el y a todos los efectos es un enemigo real hasta que se demuestre lo contrario. Y lo contrario no se demuestra simplemente porque les ganes una batalla y de momento no te ataquen más. Exceptuando por supuesto el genocidio y el engaño a los niños, las actuaciones beligerantes de los militares son comprensibles.

    El tema del valor de la vida cada vez me parece un tema más importante en la película. Me he acordado que en los propios juegos puedes "matar" a tus oponentes sin matarlos de verdad. De hecho en la última estrategia que utiliza Ender (terminador?) en el los juegos,"sacrifica" a todos sus hombres para ganar.

    Un abrazo

    Jesús

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  9. Hola Jesús,

    Un placer debatir contigo.

    Creo que discrepamos en una conclusión importante. Tú pareces tener claro que los alienígenas hubieran venido a la Tierra con espíritu beligerante para aniquilarnos y quedarse con nuestros recursos. Yo sin embargo, por las razones que expuse en mi comentario anterior, no lo tengo nada claro, el final del film y las reflexiones de Ender arrojan suficiente ambigüedad como para que dudemos de la versión oficial que aparece en el prólogo, y pensemos que quizás sus intenciones fueran de entrada pacíficas.
    Y en ese punto de vista, no me resulta nada difícil establecer paralelismos entre las inexistentes armas de destrucción masiva de Sadam Hussein que utilizaron Bush y sus “halcones” como excusa para atacar Irak, y ese supuesto “robo de materias primas” por parte de los extraterrestres. Pero más evidentes aún son las referencias que hay en la película a la doctrina del “ataque preventivo” que imperó en la presidencia de Bush, una de cuyas consecuencias fue la invasión de Irak.

    Un abrazo,
    Javier

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