viernes, 28 de marzo de 2014

Chistes regionales


"Ocho apellidos vascos" (Emilio Martínez-Lázaro, 2014)

Los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José, y el director Emilio Martínez-Lázaro impulsaron este proyecto tal vez alentados por el éxito internacional de la comedia francesa “Bienvenidos al Norte” (Dany Boon, 2008) y su  remake italiano (y geográficamente invertido) “Bienvenidos al Sur” (Luca Miniero, 2010). La idea de partida de las tres, la contraposición entre distintos caracteres y costumbres regionales o nacionales, es desde siempre territorio fértil para la comedia, aunque también vulnerable al imperio de toda clase de estereotipos.
 
Aquí la historia pone en escena a un joven sevillano (Dani Rovira) que viaja al País Vasco en pos de una chica donostiarra (Clara Lago), de la que se ha enamorado después de un fugaz encuentro en Sevilla. Allí sufrirá un inicial rechazo para enseguida verse involucrado en una farsa urdida por la chica, a la que su novio acaba de dejar plantada ante el altar, de forma que aquel se finja el novio, vasco de pura cepa, ante el padre de ella (Karra Elejalde), pescador de atunes de temperamento truculento ausente por mucho tiempo del hogar. Las situaciones girarán mayormente a partir del engaño al que se somete al padre de la novia, con incursiones del sevillano en el aberzatlismo, y con el desenmascaramiento siempre a la vuelta de la esquina.
 
Unas premisas a priori sabrosas, pero “Ocho apellidos vascos” está contada con pulso anémico, fundamentando su humor en exceso en los diálogos (con algunos chistes logrados y otros menos), y con escasa recurrencia a la inventiva visual. Se confía gran parte de sus bazas al juego actoral, donde el siempre expansivo Elejalde, en su rol de vasco rotundo, es el que tiene más oportunidades de lucimiento, si bien termina absorbido por la repetición y la falta de matices. Mientras que la gran Carmen Machi mejora su personaje, falta química entre Rovira y Lago, aunque quizá no sea tanto atribuible a sus intérpretes como a la dirección de actores.
 
Javier Valverde

6 comentarios:

  1. Hola Javier.

    Mucha gente está celebrando que "Ocho apellidos vascos" haya recaudado la increíble cifra de 17 millones de euros en poco más de dos semanas hablando de la buena salud del cine español... y sin embargo a mí me parece bastante preocupante.

    Antes de nada tengo que decir que no he visto la película y que a lo mejor cuando la vea me tengo que comer mis palabras, pero tu crítica solo ratifica otras opiniones que me habían llegado, y es que por lo visto la película de Emilio Martínez-Lázaro no inventa la rueda, ni lo pretende. Al fin y al cabo como bien señalas tú, la idea de partida ya había sido probada en diferentes países y había tenido éxito. No me parece mal ni mucho menos hacer una comedia sin ninguna pretensión más allá de hacer reir a su público (función principal de estas películas), pero insisto, me parece preocupante semejante éxito ya que solo hará que algunas productoras traten de explotar esta fórmula (por lo visto "Ocho apellidos vascos" tendrá secuela), posiblemente provocando que nos quedemos un tanto anclados en "el cine de copla" del que hablaba Martínez-Lázaro hace poco en unas declaraciones bastante escalofriantes.

    No espero que la gente vaya a ir en masa a ver "Mi loco Erasmus" o "La tumba de Bruce Lee" pero me hubiese parecido mucho más digno de celebración que otros títulos con intenciones similares a esta película como "Promoción Fantasma", "Tres bodas de más" (también pendiente) o "¿Quién mató a Bambi?", hubiesen tenido este éxito. Todas ellas tomaban pequeños riesgos y me temo que Borja Cobeaga y Diego San José han decidido ir a asegurar.

    Ojalá esté equivocado.

    Un abrazo.
    Aron.

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  2. Hola Aron,

    Aunque la película no me gustó, me alegra que funcione bien en taquilla si eso supone que muchos españoles venzan los prejuicios ante su cine, lamentablemente alentados incluso por nuestros gobernantes, y se animen a expandir sus gustos y probar otras cosas. El problema es cuando cierto pensamiento único asocia, para el cine español, taquilla con calidad, algo que me estoy encontrando recientemente en personas, no particularmente cinéfilas, que consideran antes de verla que esta “Ocho apellidos vascos” tiene que ser muy buena porque está arrasando en taquilla, y si dices que no te ha gustado casi te miran como un bicho raro.
    No sé a qué se refiere Martínez-Lázaro con eso de “cine de la copla”, entiendo que apuesta por una especie de cine neocastizo o popular, pero, ¿en qué espejo se mira?, ¿las películas del “landismo”?, ¿cierto tipo de comedia de los 80?, ¿”Torrente”?,…Creo que decir eso devalúa, seguramente sin pretenderlo, a un estilo de canción tan rico como es la copla, que a mí no me fascina precisamente pero que cuenta con grandes logros artísticos.
    Y totalmente de acuerdo contigo en que me parece muy respetable tener por única pretensión sólo hacer reír, algo tan difícil siempre de lograr, pero creo que a un profesional sobradamente consolidado en el medio hay que exigirle algo más de riesgo y creatividad, y como bien apuntas los responsables de la película han ido a asegurar, a amarrar el resultado, incluso te diría que me provocó la sensación de que todo está hecho con bastante pereza, aferrándose a modelos y formas ya probados y confiando en una campaña de marketing que, esa sí, ha sido brillante.

    Un abrazo,
    Javier

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  3. Empezaré diciendo que con tantas críticas y comentarios en ambos sentidos, no estaba convencida de querer ir a verla y tenía mis reticencias por si fuera a estar plagada de humor grueso, además de los lógicos y esperados topicazos! Y acabaré admitiendo, que me he reído bastante en algunos momentos de la película, y en otros me he tirado de los pelos, eso sí, por el módico precio de 2,90€ aprovechando la fiesta del cine, y sin importarme la sala llena y las carcajadas generales por una vez.

    Totalmente de acuerdo con los dos en lo de que "los responsables de la película han ido a asegurar, a amarrar el resultado, incluso hecho con bastante pereza, aferrándose a modelos y formas ya probados y confiando en una campaña de marketing que, esa sí, ha sido brillante". Seguro que se podía haber hecho mejor, por supuesto, y seguro que habrá secuela, precuela y hasta quizá lo mismo con otras "regiones", pero, si sirve para llevar a la gente al cine, permite que más gente trabaje y se puedan hacer otras producciones aprovechando el tirón, adelante.

    Vemos muchas de estas extranjeras y no las criticamos tanto - también otro tópico...

    Gracias a los dos por los comentarios y a Javier sobre todo por su crítica.
    Abrazos,
    Pilar

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  5. Hola

    Muy buenos todos los comentarios. Reflejan muy bien lo que es la película.

    Yo la vi ayer. Había esperado tanto porque la verdad es que me parecía que sería una película mediocre en la que me reiría a ratos. Tras haberla visto tengo que decir que efectivamente no me ha parecido ni de lejos una gran película desde el punto de vista cinematográfico pero tampoco lo pretende. La verdad es que me ha hecho pasar un gran rato. Eso es algo fenomenal y se lo agradezco a cualquier película.

    Dicho esto creo que no habéis mencionado lo que a mi me parece más importante en relación a esta película y a su éxito. Esto es, la trivialización que hace de asuntos que en general la gente se toma muy en serio. Eso para mi sí tenía su punto de riesgo. No es nuevo en el mundo por supuesto y en España ya lo habían hecho algunos programas como "Vaya Semanita" pero no a nivel nacional ni con tanta repercusión.

    Que los españoles vayan en masa a ver esta peli (tenga la calidad que tenga) y se rían, es algo bueno por si sólo ya que al final se están riendo de cosas muy graves en relación con ellos mismos. Y reírse de uno mismo casi siempre es sano.

    Quizá la reacción ante esta película nos está dando alguna pequeña pista sobre la imagen actual de muchos españoles más allá de las que nos dan los políticos y otro tipo de películas.

    Por cierto, la película está diseñada de forma bastante inteligente para ser provocadora pero no ofender, lo cual permite que nos parezca graciosa. Ni ñoña ni ofensiva. Es un mérito también.

    No me ha parecido una buena película pero, por lo que trata y su repercusión, creo que sí tiene cierta importancia.

    Jesús

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  6. De nuevo, un interesante debate ha surgido bajo la crítica. Creo que el fenómeno es muy interesante para analizarlo fríamente. A mi entender la película ha logrado el éxito masivo que ha logrado al sacrificar las posibilidades del proyecto para hacer algo realmente interesante: una paradoja que dice mucho de los desencuentros entre el mercado y las ambiciones de discurso. Los prejuicios culturales son un tema muy idóneo para la comedia y están en la base de muchos logros de la nueva comedia por el camino de la incorrección política: ahí están los ejemplos de "Borat" -personaje que se convierte en agente provocador para poner en evidencia la hipocresía, el puritanismo y la tensa relación con el Otro del americano medio- o de "South Park" -que rescata viejos lenguajes de la ofensa (del racismo a la homofobia) para violentarlos y violentarnos-. En este caso, el proyecto original (es decir, el proyecto soñado por sus guionistas) estaba destinado a ser mucho más conflictivo e incómodo: no sólo se trataba de explotar arquetipos regionales, sino de poner el dedo en la llaga de ese automatismo mental que suele asociar al vasco con el terrorista-. Intuyo que la productora fue la que se empeñó en suavizar los perfiles del personaje femenino cargándose así la fuerza del planteamiento, pero logrando, a su vez, que la película fuera amable y, por tanto, mucho más susceptible de lograr el éxito mayoritario que ha obtenido. Por otro lado, la película hace bueno el tópico de decir que "8 apellidos vascos" ha estado en el lugar adecuado en el momento oportuno: es decir, en un momento en el que hablar de autodeterminación alimenta titulares, debates, polémicas y discusiones de barra de bar, pero, también, y eso es muy importante... en un momento en el que ETA ya no mata y, por tanto, se puede retratar un entorno abertzale como algo pintoresco, como el chiste de un desencuentro entre simpáticos andaluces y vascas antipáticas. Todo lo que decís -empezando por la crítica de Javier- es muy interesante, pero detecto un sustrato algo conservador cuando intuyo que, de alguna manera, sancionáis el humor grosero, cuando este puede ser un arma muy eficaz en las manos adecuadas y manejando los tonos justos.

    un abrazo,

    jordi

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