sábado, 8 de marzo de 2014

Philomena, Stephen Frears


Philomena y el sentimiento de culpabilidad católico

En los últimos años es fácil abrir un periódico, o ver en las noticias de televisión temas de pederastia y niños robados en el seno de la iglesia católica. De madres que buscan a sus hijos arrebatados generalmente por monjas diabólicas o codiciosas,  o por médicos sin escrúpulos, madres desconsoladas que ahora amparadas por la justicia, los medios de comunicación y las redes sociales retoman esa búsqueda con más fuerza para poder abrazar por primera vez a esos hijos que les quitaron sin ninguna piedad o compasión al nacer y poder explicarles su “abandono”. Hemos visto un ejemplo muy reciente y cercano en Telecinco con la tv movie “Niños robados”.

 Basado en una historia real, Philomena Lee (Judi Dench) es una de estas madres, y el día del 50 cumpleaños de su hijo robado, Anthony, se desmorona y confiesa su pecado y posterior pérdida a su hija. El destino les hace encontrarse con Martin Sixsmith (Steve Coogan) un despechado político que en su forzado retiro se tiene que decidir entre escribir esa novela de historia rusa que no interesará a nadie, o en ayudar a esta pobre mujer de clase baja irlandesa. Se decide por esto último, por “una historia de interés humano” que le permita volver sus raíces de periodista y sobre todo, volver al candelero.

“Le perdono”, dice Philomena en su reencuentro con la monja causante de su desgracia, una anciana en silla de ruedas pero que con la misma maldad y prejuicios de entonces le sigue reprochando justiciera su pecado y su indecencia. Martin le recrimina sin comprenderlo ese perdón, a lo que Philomena contesta que aunque no sea fácil para ella, no quiere estar llena de odio como él, porque no le gusta odiar. Esta misma monja, Sister Hildegarde, fue la que al verla embarazada en su adolescencia le preguntó  sobre lo fácil que le había resultado entonces bajarse las bragas ante el primer hombre que se lo pidió.

Philomena, una mujer religiosa, ve su desliz de adolescencia como un pecado, así se lo hicieron entender su padre abandonándola avergonzado en el convento, y las monjas que la acogieron y la explotaron durante años como penitencia, y así trató de ocultarlo toda su vida hasta que no pudo hacerlo por más tiempo. Es inevitable sentir ternura por esta mujer que se ríe de Martin que ha estudiado en Oxbridge (mezcla de Oxford y Cambridge) y al que no le hace gracia ese término “peyorativo” que en realidad Philomena utiliza completamente por puro desconocimiento del nombre real de la universidad. De esta mujer que charla animadamente sobre lo bonito que tiene que ser Chihuahua con el mejicano que le hace la tortilla del desayuno en el hotel, o que confiesa a Martin que no sabía que tenía un clítoris y que disfrutó plenamente del sexo con el padre de su hijo Anthony, quizá esa fue la única vez que lo hizo libremente, sin carga de culpabilidad.

El viaje en la búsqueda de su hijo les lleva al convento en Irlanda donde pasó su adolescencia y donde se crió su hijo con las monjas hasta que lo dieron en adopción sin el consentimiento de la madre. Las monjas se aprovechan de la bonhomía y de la fe de Philomena y la mandan a casa con cajas destempladas y convencida de que eso es lo correcto. Presionada por Martin y al averiguar que las adopciones eran realmente compras de bebé por ricos americanos, cruzan el charco y prosiguen con su tarea.

Las diferencias entre la educación de ambos provoca escenas muy tiernas y divertidas, que hacen que un tema tan desagradable nos arranque sonrisas. Estas escenas son típicas de la filmografía de un director que siempre sabe sacar lo mejor de cada uno de sus actores, en su cotidianidad y aquí no es una excepción. Historias reconocibles y humanas que van a mantener nuestro interés. Stephen Frears tiene una filmografía muy rica y variada, particularmente me decanto por sus primeras películas, destacando: “mi hermosa lavandería”, “la camioneta”, “café irlandés”, “los timadores”, “las amistades peligrosas”, o “alta fidelidad”. No es su primera colaboración con Judi Dench, a la que ya dirigió en “Mrs. Henderson presenta”. La primera vez que vi en la pantalla grande a esta gran dama de la interpretación fue en “Una habitación con vistas”; conocida por el gran público por su papel de “M” en la Saga Bond y por el Oscar conseguido por su actuación de 8 minutos en “Shakespeare enamorado”. Tiene en su haber destacables y muy variadas interpretaciones en: “Iris”, “Chocolat”, “Nine”, “Jane Eyre”o, “el exótico hotel Marigold”. Martin es interpretado por un irónico Steve Coogan, aquí también guionista y productor, conocido por sus doblajes de personajes animados, el año pasado en “Gru, Mi villano favorito 2”  y sobre todo por su personaje de Alan Partridge en el show del mismo nombre y visto recientemente en “¿Qué pasa con Maisie?”.

Para los que tenemos cierta edad, todavía nos cuesta quitarnos de encima ese sentimiento de culpabilidad católico con el que nos hemos educado, el hecho de que no merecemos las cosas buenas que nos pasan y cuando sí nos pasan, miramos a ambos lados esperando a que algo malo venga a continuación. Ya lo dijo Woody Allen en boca de su Danny Rose- en Broadway Danny Rose: Es importante sentirse culpable. Yo me siento culpable siempre y nunca he hecho nada". Aunque si Philomena es capaz de encontrar esa paz que busca, nosotros también podemos, sin culpabilidad ni remordimientos.
Pilar Oncina

5 comentarios:

  1. Ay, el sentimiento de culpa..., madre mía, qué complejo es. ¡Me encanta la frase de Danny Rose! Todavía no he visto Philomena pero pronto me meteré a verla porque tengo yo mucho cariño a Stephen Frears (a pesar de que me queda filmografía por descubrir). Así que me volveré a pasar por aquí.

    De la lista de películas que mencionas de Frears como director, yo tengo cariño a dos película que una fue repudiada por muchos y la otra pasó sin pena ni gloria. La primera es HÉROE POR ACCIDENTE, a mí me gustó porque me parece que recupera la esencia del cine de Capra y ofrece una lectura interesante del 'falso héroe'. Y la segunda es un thriller de terror y social (con el tema de la inmigración de fondo) que se tituló NEGOCIOS OCULTOS. También me pareció rescatable CHÉRI.

    Si te digo la verdad me costaría encontrar una línea conductora que definiera toda la obra cinematográfica de Frears. Quizá me decantaría por decir que sus protagonistas son héroes y heroínas que o bien son perdedores por naturaleza (en busca de oportunidades o a punto de volver a perder) o distintos (a veces transgresores) y tratan de 'sobrevivir' allí donde les ha tocado vivir...

    Besos
    Isabel

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  2. Hola Pilar.

    A pesar de que generalmente títulos como "Philomena" me provocan una mirada prejuiciosa de entrada, en este caso me costó mucho menos superarla debido a un factor que tú mencionas en tu crítica: Steve Coogan.

    Hace muy poco me puse por fin con "I'm Alan Partridge" que tenía pendiente desde hace tiempo y ya tengo la certeza de que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. He visto pocos personajes cómicos tan completos como este obra de Ianucci, Baynham y (sobre todo) Coogan. Humor físico, incómodo, dotado de one-liners memorables (y en su mayoría un tanto patéticos)... Es una especie de mezcla entre Mr. Bean, David Brent e incluso Larry David. Quizás no supera a ninguno de ellos en sus particulares campos, pero en un cómputo global es uno de los personajes más versátiles que yo he podido disfrutar.

    De la película agradecí mucho que la transformación que sufren ambos personajes tras la experiencia vivida no sea de trescientos sesenta grados si no mucho menor, lo que quizás la haga mucho más valiosa.

    Un abrazo.
    Aron.

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  3. Gracias Isabel, no creo que me atreviera a poner una línea conductora de la obra de Frears, pero si lo hiciera, estaría seguramente de acuerdo contigo, como siempre, aprendiendo contigo, muy acertada!
    Y Aron, confieso que hablé de "Alan Partridge" sin haber visto nada, pero deseando hacerlo, porque desde luego, tiene que ser muy bueno. Y estoy de acuerdo con la transformación de ambos personajes! Gracias por vuestros comentarios!
    Pilar

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  4. Hola,

    Aquí Jordi, sin ánimo de parecer un tío gruñón, pero, aunque no he visto la película y supongo que tu lectura es adecuada, no puedo evitar señalar algunas cosas el texto que no me han gustado demasiado. Por un lado, creo que, más allá de la vinculación con la Iglesia católica, mezclar -o, por lo menos, poner en una misma línea- pederastia y niños robados es arriesgado porque se trata de dos problemas muy distintos. Por otro lado, tampoco me gusta la expresión "monjas diabólicas": a las monjas involucradas con estos asuntos no les hacía falta ser ni diabólicas, ni satánicas: les bastaba con ser, simplemente, malas personas o con tener una interpretación pintoresca de la moral católica.
    Creo que te centras demasiado en contar la película y no en analizar cómo lo cuenta. Y, por último, el penúltimo párrafo me pesa bastante: no creo que sea necesario "presentar" al director y a los actores de la película, en especial si esa presentación no es sintética, ni precisa: casi lloro al leer que presentabas a Coogan como doblador de "gru2". Hubiese sido más interesante que entraras a analizar la reacción química que se produce al relacionar a dos elementos en apariencia tan dispares como Dench y Coogan.

    No me tomes por el profe Vinagres, pero es mi deber (creo) apuntar a lo que no me convence de vuestros textos.

    un abrazo,

    jordi

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  5. Querido Jordi:

    Muchas gracias por tu sinceridad, que es por supuesto lo que espero con tus comentarios, en absoluto te tomo como el profe Vinagres, estoy aprendiendo y meteré la pata más veces, con suerte cada vez menos, así que acepto y tomo nota de lo que me dices con mucha deportividad!!!!

    De hecho, sé que uno de mis problemas es que prefiero contar la película a analizar cómo es contada, me cuesta mucho hacerlo (supongo que porque yo como lectora lo prefiero también- o quizá un término medio), pero sobre todo también porque tengo grandes lagunas cinematográficas, como aquí Coogan - al que apenas conozco pase a su extensa carrera ...

    Y desde luego me pasé mucho "presentando" a director y actores, completamente de acuerdo, lo siento.

    Lo dicho, tomo nota y gracias como siempre!
    Un abrazo,
    Pilar

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