domingo, 24 de noviembre de 2013

Blue Jasmine, Blue Moon

“Una persona puede aguantar cierto número de traumas antes de salir a la calle y ponerse a gritar”.  Esta es Jasmine. La oímos incluso antes de verla: se abre la película con un avión en el aire y la voz de mujer que habla compulsivamente. Escuchamos por primera vez cómo se enamoró  mientras sonaba “Bluee Moon” al fondo, uno de tantos recuerdos repetidos a lo largo de toda la película por los que se paseará la protagonista en sus crisis nerviosas.
Blue Jasmine parece estar gestada a partir de la idea de un personaje. Podría imaginarse un Woody Allen creando el contexto que justificara a esta mujer: una adopción, una determinada posición social, una hermana de clase baja,  un matrimonio lujoso, una infidelidad, un declive financiero. Y es ahí donde se nos presenta a Jasmine.  Contada en dos momentos temporales distintos, la película nos muestra la vida de Jasmine antes y después de un “fracaso” económico y matrimonial, con un montaje que intercala el presente en San Francisco  auspiciada por su hermana  y  escenas de su lujosa vida en Nueva York.
Al igual que en anteriores trabajos del director, Blue Jasmine parece contar la insatisfacción de una persona que por una pérdida, no está donde querría estar.  Cassandra`s Dream era la historia de dos hermanos de clase baja que, por enriquecerse rápidamente, sacrificarán su moralidad.  Y en Match Point el miedo a perder las comodidades que da el dinero, lleva a traspasar límites legales y éticos. Blue Jasmine también parece tener algo de esta presunta ambición socioeconómica, pero esta vez nos pone en la piel de una mujer, no como consorte, musa u objeto de deseo, sino como protagonista. Cate Blanchett comparte con anteriores protagonistas de Woody Allen  aquello que resulta tan característico en sus personajes: sus tics, sus neurosis, sus migrañas, su adicción a los sedantes y tranquilizantes, los movimientos compulsivos… pero sin llegar a convertirse en un alter ego como lo harían Larry David, Owen Wilson o Jason Biggs, quizá porque en este caso  las motivaciones que hay debajo de su neurosis, puedan estar más ligadas a su condición femenina, una feminidad que podría entenderse como estereotipada: es la traición amorosa (y no la fiscal) la que lleva a esta mujer al delirio.
Y es en ese delirio donde encontramos una relación directa con uno de los temas más predominantes de Woody Allen, y sobre la que se concebía  Medianoche en París, la idea de que “cualquier tiempo pasado siempre fue mejor”, íntimamente ligado a la nostalgia y el miedo al fracaso. Esta vez, ha convertido esa neurosis  latente en sus personajes,  en esa misma lección: cuando ella delira revive  diálogos que tuvo en su vida anterior, habla sola dentro de sus recuerdos, y repite en voz alta como en un estado de enajenación esos diálogos que pudieron ser clave en algún otro momento.
La memoria revivida como expresión neurótica es el fondo que se traduce en ese montaje que continuamente nos lleva a su vida anterior, donde no hay ansiedad, ni preocupación, ni crisis nerviosas.

Puede que Blue Jasmine sea ese grito ahogado de los traumas del cine de Woody Allen, el retrato de una mujer que con la mirada perdida dialoga con sus recuerdos, evadiendo una  realidad catótica y rehuyendo coger las riendas de su vida. Puede que esa sea la película que Woody Allen nos quiera contar, la de un director que evadiendo la realidad, nos introduce en la vida de estos neuróticos personajes incapaces de madurar, porque al fin y al cabo, no hay mejor sedante que el respirar el aire puro que nos da pasear por los recuerdos.

Cristina Aparicio

5 comentarios:

  1. Me ha interesado mucho tu mirada, Cristina, sobre Blue Jasmine porque encuentras las claves para insertar esta nueva película de Woody Allen en su carrera como director. Claves que no había tenido en cuenta al verla. Y también me he fijado en la lectura que realizas sobre el tiempo pasado y presente. Que yo lo interpreté más como una falsa ilusión (el pasado) que se crea Jasmine para poder sobrevivir a su presente. Una técnica de supervivencia y no lo relacioné con una visión del mundo de Allen.

    Precisamente esto me demuestra que es una película de la que se puede escribir, discutir y hablar mucho. A mí me sorprendió de Jasmine que es uno de los personajes femeninos que Allen deja más en la estacada… No hay redención para Jasmine o quizá su redención sea desmontar su burbuja emocional… Cuando convierte el argumento de Un tranvía llamado deseo en argumento universal y lo emplea a su manera para contarnos la historia de dos hermanas (la hermana de Jasmine es otro personaje que me gustó mucho porque da otra dimensión también interesante a la historia), a esta nueva Blanche Dubois del siglo XXI no la deja que se encuentre ni con la amabilidad de los desconocidos.

    Y también me interesó cómo Jasmine es el reflejo de muchas Jasmines que hay por el mundo (una radiografía muy bien construida, creíble) y Blue Jasmine una mirada determinada y delimitada de la crisis, una crónica especial. Las esposas y compañeras de los especuladores, esas mujeres que cuando abrimos hoy un periódico o vemos la televisión salen diciendo que no sabían lo que firmaban o lo que hacían sus esposos o son sus maridos los que lo afirman, que viven en burbujas con sonrisa perenne, siempre en primera clase, aunque su vida se vaya derrumbando…

    Besos
    Isabel

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  2. Querida Cristina:
    Me gusta como hablas de Jasmine que no llega a ser el alter ego de Allen, como lo son la mayoría de sus protagonistas masculinos en sus películas, y me encanta que hables de "Blue Moon" porque está presente en toda la cinta y demuestra muy bien sus neurosis.Me gusta también que no entres en tanto detalle de lo que todos ya sabemos de la película y hables de su filmografía. Y estoy por último, de acuerdo con Isabel en que Jasmine vive con sus recuerdos del pasado porque no puede vivir el presente.
    Pilar

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  3. Bueno... a ver.... ¡¡¡¡organización!!!! Lo primero es felicitar a Cristina muy sonoramente por este texto brillante, que, además, no me ha sonado nada a dejà vu, a pesar de que los medios han escrito mucho y a fondo sobre la película. En efecto, el tema de los alter egos y de la posición de esta película en el contexto de la obra de Allen son los puntos fuertes de un texto que también atiende a los modos expresivos y al sentido de ese vaivén temporal que define la estructura de la película.
    Pero... es de justicia también aplaudir a Isabel y Pilar por esas aportaciones en los comentarios que ofrecen una reflexión de altura sobre la película y abren un debate tan interesante como el que se ha generado a propósito de "El juego de Ender".
    El tema de las representaciones de lo femenino en Woody Allen es muy interesante: quiero recordar, en este punto, tanto "Otra mujer" como algunos arquetipos femeninos inusuales en el cine de Allen que aparecían en "Interiores". A mí, por cierto, el personaje de Jasmine me recordó a una especie de deriva madura del personaje de Dianne West en "Hannah y sus hermanas".
    un abrazo,

    jordi

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  4. Todavía tengo la película en una especie de stand-by y tu mirada, Cristina, y vuestros comentarios, Isabel y Pilar, me han resultado muy sugerentes y me han llevado a un sitio no sé si extraño: de repente uniendo vuestras ideas sobre Jasmine y la memoria como expresión neurótica de huida del presente, se me ha venido a la cabeza que Jasmine se parece mucho a madame bovary, alguien incapaz de soportar la realidad y que necesita inventársela, porque en realidad el pasado de Jasmine no es tan armonioso y sin preocupaciones -su marido, aparte de los regalos, no parece hacerle mucho más caso-, es solo que ella no quiere verlo. Y también la acerca a Emma el que sus preocupaciones sean fundamentalmente económicas, y ahí me alejo un poco de tu mirada, Cristina, yo no tengo claro que lo que le importe sea la traición amorosa, sino lo que va a perder en estátus y a causa de esa traición.
    María José

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  5. Resulta muy atractivo el tema que apunta Jordi sobre las representaciones de lo femenino en Woody Allen y sobre todo hacer hincapié en los arquetipos femeninos inusuales. ¡Es cierto hay ecos en Jasmine del personaje de Dianne West! La diferencia es que a la West sí la regaló un final feliz... a Jasmine la deja a la deriva...

    Y María José, qué interesante y qué buena la comparación de Jasmine con Emma Bovary. Hace relativamente poco volví a ver la versión cinematográfica de Madame Bovary de Minnelli con Jennifer Jones... y es cierto que el retrato que se ofrece de Emma, lo que atrapa de la novela, tiene mucho que ver con la Jasmine de Allen.

    Besos
    Isabel

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