jueves, 28 de noviembre de 2013

La Por (El miedo)


 
Robert Kirkman, creador de la serie de comics “The Walking Dead”, dijo que planteó su obra para dar respuesta a lo que sucede al acabar los films de los zombies. Una vez cerrado el telón y el público ya en casa, ¿qué ocurre con esos personajes? El dibujante de cómics escogió eternizar la agonía de sus personajes decidiendo que solo él decidiría cuándo la historia terminaría. Jordi Cadena y Nuria Villazán, basándose en la novela “M” de Lolita Bosch, plantean una opción similar en un entorno mucho menos frívolo. ¿Qué sucede con “El Bola” o con el hijo de Antonio y Pilar de “Te doy mis ojos”, una vez terminan sus películas? ¿Cómo continúan con sus vidas? El miedo al que se refiere el título de “La por” no se refiere (exclusivamente) al que siente su personaje a su presente, sino especialmente a su futuro.

El éxito del séptimo largometraje dirigido por Jordi Cadena se encuentra en las ausencias, las omisiones y los silencios, como queda retratado en el arranque del film que es probablemente donde la película llega a su cúspide. Esto se hace especialmente evidente cuando la película se centra en intentar explicar con palabras o imágenes explícitas, la temática de la misma. Es entonces cuando los actores dejan de interpretar a personas para dar vida a personajes de película. Afortunadamente esos momentos quedan en minoría en comparación con los primeros que abundan a lo largo de la hora y cuarto que dura “La por”.

Lo más valiente y acertado de la propuesta de “La por” es que, a pesar de ser una película cuyo motor reside en el maltrato, el maltratador apenas aparece. De una manera brillante decide que su protagonista (un Igor Szpakowski que nos obliga a apuntarnos su nombre en una libreta) tenga que convivir con un antagonista interno que parece ser superior al externo. La genética se convierte en el principal obstáculo del joven en la principal trama del film. Lamentablemente, en la resolución, el externo toma peso y centraliza la película. A pesar del tan escalofriante como efectivo desenlace queda la sensación de que, como en todas las películas de miedo, ningún monstruo conseguirá nunca estar a la altura del terror que el espectador se ha creado en su cabeza ante la falta de información.

Aron Murugarren

3 comentarios:

  1. Me apetece mucho verla, Aron. Y creo que 'jugar' (como nos cuentas) con la ausencia, la omisión y el silencio para transmitir el miedo es todo un acierto. Es como cuando en Cautivos del mal hablan de conseguir el miedo en vez de con hombres vestidos de pantera, con la oscuridad y las sombras.

    Qué bueno el símil del primer párrafo.

    Beso
    Isabel

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  2. Hola Isabel.

    La verdad es que solo se me ocurren "Alien" y "La cosa" como monstruos que han estado a la altura de las expectativas que se habían creado los espectadores. Y ambos basan su éxito en que apenas aparecen (el primero) o que nunca queda claro del todo su funcionamiento (el segundo). El monstruo de "Cloverfield" (que a mí debo decir que me convenció) fue un gran ejemplo de a lo que me refiero. La brillante campaña de promoción que hizo el equipo de Reeves y Abrams se basaba en que el público se creara hype imaginando la apariencia del monstruo. Luego, una vez estrenada la película, muchas de las críticas que recibió eran que el monstruo no estaba a la altura.

    Aún no he visto Monstruos University pero creo que su desenlace está directamente relacionado con este tema.

    Un abrazo.
    Aron.

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  3. Muy buen texto y muy insólitas y estimulantes relaciones de parentesco las que estableces. A mí también me parece que el arranque es el punto clave de la película. Yo, de todos modos, interpreté que esa "por" también era extensible al monstruo: el miedo a la soledad, a que las víctimas tomen las riendas de sus vidas. A la película le pongo el reparo de los "flash forwards": es lo único que no me gusta de ella. Y, por otro lado, también creo que incluso el monstruo merece otro tipo de acercamiento: no creo en monstruos de una pieza, pero está claro que la película toma una decisión de punto de vista y, en este sentido, es honesta. El uso de fuera de campo poco antes del desenlace: con el protagonista acostado en l cama escuchando lo que ocurre en otra habitación también me gustó mucho.

    un abrazo,

    jordi

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